CRISIS EN ORIENTE MEDIO
El conflicto fue abordado por los líderes del G8, reunidos en San Petersburgo con motivo de la celebración de su Cumbre anual, desde donde lanzaron un comunicado consensuado pidiendo a Israel, los palestinos y la milicia de Hezbolá el fin de sus operaciones armadas y la liberación de los soldados capturados, así como de los ministros y parlamentarios palestinos detenidos por Israel. Por su parte, los participantes en la Conferencia de Roma sobre Líbano -entre los que se encontraban representantes de la UE, Estados Unidos, Líbano, Rusia, Arabia Saudí, Egipto y Canadá, así como de la ONU y el Banco Mundial, entre otros- expresaron, el 26 de julio, su determinación de “trabajar con el fin de alcanzar con la máxima urgencia un cese del fuego que ponga fin a la violencia y las hostilidades”, y solicitaron autorización para el despliegue urgente de una fuerza internacional. Estados Unidos, quien inicialmente supeditó la tregua a un “acuerdo duradero y sostenible”, anunció el 31 de julio -tras el ataque israelí contra la ciudad de Qana en el que murieron 54 civiles libaneses, en su mayoría mujeres y niños- que “es hora de un alto al fuego”.

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